Ibagué, nuestra Capital Musical, cumplió nuevamente al deporte.
Con la realización del Mundial de Interclubes de Fútbol de Salón, quedará grabado en la memoria.
¡Qué espectáculo! Ver llegar delegaciones de rincones tan lejanos como África y Asia, y los siempre presentes hermanos de Sudamérica, y también centro y norte, México , EEUU ¡algo que no se ve todos los días por estos lares! Europa, siempre presente con su abolengo deportivo.
La madre naturaleza quiso poner a prueba nuestra capacidad de reacción. ¡El Coliseo Mayor anegado por las lluvias! Pero aquí, en esta tierra pujante, con un instituto local que estrenaba gerente, en menos de lo que canta un gallo, todo estaba como nuevo para que el balón siguiera rodando. ¡Eso es berraquera tolimense!
Nuestro Tolima podrá contar en sus anales deportivos que militó con la camiseta vino tinto y oro nada más y nada menos que “Falcao”, esa leyenda viviente del salonismo. Y qué decir de Caciques del Quindío, el campeón vigente y la gran esperanza de nuestro país, ¡se quedó en el camino antes de la final! Eso nos da una idea clara del nivel superlativo que se vivió en este mundial.
Paralelo a la lucha por el título, se disputó la Copa Plata, que quedó en manos de «Solo Micro de Ipiales». ¡Estuvieron tan cerca de la gloria mayor! Pero así es el deporte, a veces la moneda cae del otro lado. Pero la gran sorpresa, la irrupción con fuerza, fue la Alcaldía de Dosquebradas, llegando hasta la mismísima final. ¡Qué garra! Pero al frente tenían a los inventores de esta disciplina, los uruguayos del Álbion BBC de Uruguay, que con un contundente 3 a 0 se llevaron el título a casa. ¡Justo reconocimiento para quienes nos legaron esta pasión y por fin podrán lucir esa primera estrella en su escudo!
Así se vivió este Mundial de Interclubes en Ibagué, casa y destino deporte en Colombia. Un evento que nos dejó anécdotas, emociones y la certeza de que nuestra tierra sigue siendo un epicentro del microfútbol mundial. ¡Que siga rodando el balón!