En condiciones diferentes salieron dos jugadores del deportes Tolima esta semana, uno con las puertas abiertas y la gratitud de la mayoría Yesid Martínez y otro hasta con alegría por parte de la hinchada Danny Santoya.
Comenzando el 2012 Yesid Martínez cumplió 32 años, varios de los cuales ha dedicado al D Tolima, y esta temporada se le dio lo que podría ser una nueva oportunidad, con otro aire, al cambiar de divisa y partir para el Cúcuta deportivo donde empezó sus entrenamientos.
Uno de los hechos más sobresalientes en la carrera del jugador lo hubiese logrado si no se atraviesa en el 2010 el juez Paraguayo Carlos Amarilla que le anulo un gol legítimo que vio todo el continente y el mundo entero y significaba en su momento prácticamente la eliminación de Estudiantes de Argentina en la copa libertadores.
Esa consagración que se le negó puede dársela ahora el futbol con un buen torneo en la frontera, donde defenderá los intereses cucuteños, cambiando así de tribu pasando de los Pijaos a los motilones.
El otro que salió del Tolima, o mejor ni siquiera llego a Ibagué fue Danny Santoya, el jugador estaba laboralmente y legalmente habilitado para tomar otro rumbo como lo hizo al firmar con el deportivo independiente Medellín, pero quedo claro que NO quería al equipo, ni respeto la ciudad ni sus hinchas, cuando por encima de todos, se impuso su continuidad por parte de los directivos, pese a sus antecedentes de indisciplina y su regular por no decir mal nivel futbolístico, para finalmente incumplir a la palabra dada para iniciar trabajos este año.
Aparte de indisciplinado, Santoya engaño a los que fueron sus patrones, ya que pidió permiso para Casarse y utilizo esto como excusa para poder concretar su paso al Rojo de la montaña.
Es muy probable que pocos lo extrañen ya que su participación con D Tolima fue muy irregular y si bien marco goles, fueron muchos más los que perdió y necesito el equipo para evitar una campaña tan pobre como la del año pasado.