Sobre los minutos finales marcaron los azules.
Un partido que tenía buenas expectativas para el Tolima, atento en todas sus líneas, defensas en mitad de campo con Torijano corrigiendo pequeñas fallas y respaldando a sus compañeros.
En mitad Paz haciendo recorridos que impedían comunicación en Millonarios con respaldo de Renteria que sigue rindiendo.
Presión en todos los sectores y haciéndose al dominio del balón y teniendo el peso del partido, se demoro para crear situaciones pero las tuvo Marco Perez en una, un desplazamiento de Juan Guillermo Arboleda que dio en la valla exterior y dos demasiado claras, pase de Albornoz que dejo mano a mano a Carrascal con el portero Vikonis, el remate paso a centímetros del palo y otro duelo personal donde Ángelo también saca un remate que otra vez por muy poco no se metió al arco, sin contar un rebote en tiro de esquina que Torijano no alcanzo a rematar, fueron opciones para hacer pensar en el tanto local.
Y el gol se dio, con el ingreso de Santiago Montoya que participa de acuerdo a lo que le permitió su estado atlético, su magia en el pase gol fue la llave para que Ángelo pusiera el 1 a 0.
Con este marcador Cheche realizo variantes, de esquema 4 1 4 1 paso a doble línea de cuatro y dos delanteros, pero cedió el manejo del balón, fabrico espacios que en cualquier momento podría aprovecha, se acerco pero Millonarios también creció, y sobre el final del partido Aponzá que entro al partido ante la falta de agresividad en marca de la defensa, lucho un balón que parecía iría fuera del campo, metió centro templado acompaño David Silva que sin dejarla caer y en un gesto técnico ya conocido en el saco un buen disparo que dejo sin oportunidad al portero Silva, y fue el 1 a 1.
Cuatro puntos perdidos en casa, 2 con Jaguares 2 con Millonarios, 5 de 15 jugados, cero sumado como visitante son las cifras de un equipo que sigue en los últimos lugares de la tabla, así no juegue ni tan feo ni tan mal como el primer semestre, pero no suma, y esto marca un camino muy difícil para lograr meterse a los ocho