Día único de balances, alegrías y nostalgias, promesas y unión, la fecha no pasa desapercibida.
Hoy es uno de los días donde la familia esta mas unida, generalmente con alegría de poder pasar un nuevo año que deja cosas positivas o esperar el nuevo que traiga la realización de objetivos ya trazados, Diana Rodríguez de Ibarra escribió para el informativo VISION TOLIMA sobre la fecha y reproducimos en www.espijao.com deseándoles a todos nuestros lectores el mejor 2014.
La importancia de celebrar el Año Nuevo-Por: Diana Rodríguez de Ibarra.
Las personas tenemos opiniones diferentes respecto a la celebración del Año Nuevo. Hay quien dice que para qué tanto alboroto por el año nuevo si es lo mismo y se la pasan efectivamente como cualquier día.
Otros lo celebran como un gran pretexto para reunirse y divertirse y hay quien gasta hasta de más en la celebración porque le da un significado de pasarla bien. Por otro lado existe el grupo de personas que le dan al cambio de año un significado especial, hacen rituales, promesas, cambios de actitud, dan gracias en el templo de su religión, y llenan su espíritu de bondad y perdón.
Si nos ponemos a analizar podríamos decir que cualquier forma de actuar es correcta desde el punto de vista que somos libres de pensar y actuar mientras que no afectemos a los demás.
La realidad es que ciertamente el fin de año e inicio de otro, es aparentemente igual que los anteriores: nos levantamos, comemos, trabajamos, nos dormimos y lo único que cambia es el número en el calendario. Esto es en cuanto a lo material de la situación, pero en cuanto a lo humano es mucho más profundo porque todo tiene un por qué y el Año Nuevo no es la excepción.
El significado de las celebraciones lo damos los seres humanos, somos los que creamos la tradición y la cultura de los pueblos, y en lo que respecta al año nuevo, el significado es verdaderamente renovador; la celebración del nuevo año nos indica que en este último día que marca el calendario nos podemos dar la oportunidad de volver a empezar, de corregir errores y ser mejores personas.
La Vida sin celebraciones
Imagínese usted cómo sería la vida si nuestros antepasados no hubieran establecido las celebraciones. Tal vez seríamos apáticos, aburridos, insensibles y por consecuencia, la efectividad en el trabajo y las relaciones interpersonales serían deficientes, pues la rutina de siempre lo mismo nos llevaría tal vez hasta la depresión.
Las celebraciones se inventaron para elevar el estado de ánimo, para tener un sentido de la vida, para crear necesidades y aumentar nuevas fuentes de trabajo.
Ahora mismo puedo citar al doctor Víctor Frankl para reafirmar la importancia que tienen las celebraciones. En su libro “El hombre en busca de sentido” nos relata cómo pudo sobrevivir a los campos de concentración recordando los momentos felices que pasaba junto a su familia celebrando las fechas especiales.
Muchas personas al igual que Frankl coincidimos en que la vida se compone de momentos, los cuales involucran el sentimiento; las celebraciones nos hacen vivir, nos dan energía porque nos mueven a la acción.
Podemos estar preocupados o tensos o molestos y al envolvernos en las celebraciones nuestras emociones cambian y nos llevan a un estado de regocijo que nos da bienestar.
El verdadero significado de la celebración
Como ya se ha mencionado, celebrar el año que se va y el año nuevo que llega es todo un acontecimiento personal, es mucho más que hacer lo acostumbrado, no es sólo ocuparse de reservar un lugar en un espectáculo, o comprarse los mejores vestuarios y acompañarse de las personas más apreciadas; es la gran oportunidad que se nos da una sola vez en el año y no debemos dejarla pasar, porque el verdadero significado de celebrar la llegada del año nuevo es encontrarnos con nosotros mismos para evaluar los éxitos y los fracasos, para recordar las penas y las alegrías y para reconocer con toda humildad los malos momentos ocasionados a los demás.
La paz interior
No hay mejor manera de celebrar la llegada del Año Nuevo que buscar la paz interior; ésta sólo se alcanza si se cumplen en nosotros dos condiciones: actuar siempre de buena voluntad y perdonar de corazón.
Las personas de buena voluntad se caracterizan porque son generosas, dan sin pensar en la recompensa con la convicción de que así debe ser, en el lugar debido, en el momento oportuno, y a la persona que lo merece. Saben perdonar de corazón porque no conocen el rencor, por su forma de actuar las demás personas las respetan y las admiran y forman a su alrededor un círculo virtuoso porque lo que reciben lo dan.
Todos podemos alcanzar la paz interior si queremos; todo es cuestión de proponernos y de aprovechar estas fechas para empezar la renovación interior que se inicia con el reconocimiento de los errores cometidos.
Enseguida se mencionan situaciones de faltas cometidas por algunas personas y que pueden ayudar a mover la conciencia para alcanzar la paz interior:
– Este año le fui infiel a mi esposa(o).
– Este año maltraté a mis hijos con mis gritos y malos tratos.
– Este año no cumplí con mi trabajo como debía.
– Este año me excedí en mi manera de beber.
– Este año me excedí en la manera de fumar.
– Este año no atendí a mis padres como se merecen.
Si usted reconoce que tuvo algunas de estas faltas, no se sienta mal; por el contrario, agradezca que ahora tiene vida y salud, y con esto la oportunidad de enmendar errores.
¿No cree usted que el cambio de año es suficiente motivo para empezar a ser mejores personas?
Si usted realmente lo está pensando así, puede iniciar ahora, pensando en los demás; comience por su propia familia; quítese esa coraza de frialdad y anímese a demostrarles por todos los medios cuánto los ama. Deles lo que les debe dar, lo que sólo a usted le corresponde, amor, tiempo, caricias, atenciones, buenos tratos. Le recomiendo que empiece ya, en este año nuevo que empieza porque aunque suene trágico el próximo quién sabe si se podrá.
Una reflexión personal
Para este año que termina y el nuevo que comienza pido paz, no sólo para mí, lo pido para todos, para ella, para él, para las familias, para los hijos, para los padres, para los enfermos, para quienes apenas comienzan, para quien pasa por alguna situación difícil, para quien está por terminar su camino en esta vida, para los que están por nacer. Para todos pidamos la paz.