El técnico que recibe los encargos en el Tolima del siglo 21.
Esta historia probablemente se la contaron sus abuelos, o sus padres, que había en ciertos equipos del fútbol profesional colombiano los entrenadores que les daban los encargos en los partidos donde la suerte estaba jugada.
El “pantalonudo” Arroyabe en Millonarios, más atrás “Benitín Urruti”, así le decían al profesor argentino que se hacia cargo del vecino Deportes Quindío.
No crean Deportes Tolima también tenía uno que apagaba esos “incendios”, solo que se salió del círculo, Jorge Luis Bernal, pero en sus comienzos si fue, un encargado, en momentos en que Yugoslavo Vilic Simón (los pijaos también tuvieron técnico europeo), o Santos Cristo de lo más desactualizado que ha pasado por estas tierras, no pudieron con el conjunto ibaguereño, Bernal fue el que puso la cara.
Pero el profesor Bernal si pudo salir de los encargos.
Cuando si bien eliminado de octogonal, su equipo fue tan bueno que lo tomaron como base de la Selección Colombia que actuó en Odesur, por allá en los ochenta. Igualmente cuando Tolima con otro estratega y las mejores opciones de avanzar a octogonal, con nómina que incluía a Mayer Candelo y Víctor Bonilla, fue parado y dejado afuera por Boyacá Chicó, con ilusiones y economía por el suelo empezó otro año y Bernal recurrió a la cantera y unos pocos experimentados nómina de: Carlos Darwin Quintero, los hermanos Briceño, Yulian Anchico y otros recordados que jugaron bonito y ganaban.
En los tiempos modernos los directivos de hoy, a falta de Don Gabriel su hijo César Camargo mira a Carlos Castro.
Se fue Hernán Torres y le dieron par partidos a Carlos Castro.
No siguió Jhon Agudelo en Tolima Femenino y fue Carlos Castro el que dirigió el equipo.
Se va Champeta Velásquez de la juvenil y será el encargado Carlos Castro.
A todas estas cuando vendrá la rebeldía del entrenador Tolimense para ser primero, ya lo fue con el mismo Tolima y Jaguares, será que también esta por venir en un futuro su momento de regresar a la primera división como triunfador, el tiempo lo dirá.
Foto: El Nuevo Día