Deportes Tolima cayó 1-2 frente a Águilas Doradas.
El ocaso del domingo se tiñó de amargura para la afición pijao. El Deportes Tolima cayó en su fortín, el Manuel Murillo Toro, ante un siempre combativo Rionegro Águilas con un marcador de 1-2. Una derrota que duele, no solo por el resultado en sí, sino por la forma en que se gestó y lo que implica en las aspiraciones del conjunto tolimense.
Desde el pitazo inicial, el ambiente en las tribunas era de fiesta, con la hinchada Vinotinto y Oro ilusionada con una victoria que los consolidara en la parte alta de la tabla, pero, en el terreno de juego, la historia fue otra. Aunque el Tolima intentó imponer su ritmo y buscar la portería rival, las Águilas se mostraron punzantes en defensa y en cada contragolpe elaborado. La primera mitad fue un reflejo de esto, con pocas opciones claras para los locales y una visita que, con paciencia, supo esperar su momento.
El golpe llegó en la segunda mitad. Un error en la salida, una desatención defensiva, y el Rionegro Águilas aprovechó para abrir el marcador, dejando enmudecido al estadio. La reacción del Tolima fue inmediata, con el equipo volcado al ataque en busca del empate. La presión aumentó, el balón circuló con mayor fluidez, y la ansiedad de la afición se sentía en cada pase impreciso. Cuando el gol del empate parecía inminente, el destino volvió a jugar en contra.
En un contragolpe letal, el equipo antioqueño volvió a castigar al arco pijao, sentenciando el partido con un segundo gol que cayó como un balde de agua fría en la noche ibaguereña. A pesar de los esfuerzos, de la insistencia de los jugadores y del apoyo incondicional de la tribuna, el tiempo se agotaba y la remontada se antojaba cada vez más lejana. El descuento llegó tarde, un grito ahogado en medio de la frustración que no alcanzó para revertir la historia.
La derrota deja un sabor agridulce. Si bien el Deportes Tolima mostró momentos de buen fútbol y corazón, la falta de contundencia en el área rival y ciertos desajustes defensivos fueron determinantes. Rionegro Águilas, por su parte, hizo su trabajo con disciplina táctica y eficacia, llevándose tres puntos de oro de un estadio siempre difícil.
Ahora, la mirada se posa en lo que viene. El cuerpo técnico tendrá la tarea de analizar los errores y corregir el rumbo para lo que resta del torneo. La hinchada, a pesar del sinsabor de la derrota, seguirá apoyando a su equipo, esperando que este tropiezo sirva de aprendizaje y el Vinotinto y Oro retome el camino de la victoria. La liga es larga y las oportunidades de revancha siempre están a la vuelta de la esquina.
Complementando la información Tolima inicia su camino cuadrangular formando parte del grupo A visitando al Junior de Barranquilla con horario por confirmar, si bien es cierto por normativa Dimayor el equipo anfitrión inicia como local por la desventaja de contar con la misma sede deportiva que utiliza la Selección Colombia, y el conjunto poderoso, Deportivo Independiente Medellín como América de Cali se alinean como los equipos restantes que acompañan al pijao, dejando en claro que el equipo escarlata cuenta con la denominada ventaja deportiva de poseer el anhelado +1 para condición de desempate en caso de igualar puntaje con quien oficie como líder en la batalla de cuadrangulares finales.
El fútbol, con su caprichosa dinámica, nos recuerda que no hay rival pequeño y que cada partido es una final. Hoy, el Manuel Murillo Toro fue testigo de una caída, pero la historia del Deportes Tolima continúa, con la esperanza de que los próximos capítulos estén llenos de alegrías y triunfos para su fiel afición. ¡Fuerza Pijao!